Hay que reconocer el valor patrimonial y estético del adoquín. Característica común de los cascos históricos de las ciudades, presentes en como superficie de rodado y tránsito en las vías por más de 25 siglos, donde han servido al transporte utilizando pies, patas y carruajes. Hace casi 200 años comenzaron a rodar las ruedas de bicicleta, las que pasaron de la madera y metal a la suavidad de los neumáticos. Un invento que sin duda amortiguó bastante las cosas. Sin embargo pedalear por una histórica superficie adoquinada no es una experiencia del todo placentera y cómoda, sin embargo hay solución.
La recién construida ciclovía de calle Teatinos en Santiago de Chile ya bordea en promedio los 3000 viajes diarios (datos gracias a los contadores de Tecnología Sustentable). Es la primera en la capital que pasa por una zona de conservación histórica (dos cuadras) y hay muchas otras vías en que las bicicletas comparten calles adoquinadas. Las críticas y reclamos por la irregularidad de la superficie no se han hecho esperar y son innegables, estamos de acuerdo que es incómodo pedalear sobre adoquines y mientras podamos, haremos lo posible por esquivar este tipo de vías. En el caso de Teatinos la irregularidad del terreno provoca el abandono de la ciclovía y la posterior invasión de los lisos espacios peatonales. Si los usuarios no están usando la infraestructura, ¿Cuál es el sentido que exista?
Siendo los adoquines tan antiguos y la bicicleta como invento casi bordeando los dos siglos desde su invención, ¿no será que ya se ha pensado y abordado una solución a este “problema”? Pues resulta que si y la solución está en nuestras mismas calles, pero algo así como codificada. Toca entonces reorganizar la forma en que estamos colocando los materiales para que las vías adoquinadas conserven su valor estético y patrimonial al tiempo que acogen de mejor manera a quienes pasan pedaleando por ellas.
Veamos el ejemplo de calle Teatinos:
Las dos cuadras de la ciclovía pasan por la Plaza de la Constitución y el Palacio La Moneda (Palacio Presidencial) y los adoquines hacen tiritar con fuerza las bicicletas, sus conductores y la carga. La irregularidad, creemos, no está dada en su mayoría por el intervalo entre piedra y piedra, si no más bien por la irregularidad de las mismas.
Pero la solución está planteada en la misma vía, precisamente en los intervalos de material que hay cada 5 metros, donde alternadamente aparecen franjas perpendiculares al flujo vehicular, cada una en una piedra completamente lisa de 25 centímetros de ancho.
Pues bien, teniendo en cuenta que al pedalear se asume un vaivén de 12,5 centímetros para cada lado (25cm. en total), como sugiere la recién estrenada primera versión de las recomendaciones del Ministerio de Vivienda para una vialidad 100% ciclo-inclusiva (Archivo PDF, página 71). Si reorganizamos parte de la zona adoquinada que está en la ciclovía, redistribuyendo los módulos, sería posible dejar una superficie lisa perfecta para pedalear sin impactar negativamente en la estética.
Aquí un ejemplo de cómo funcionaría:
Tenemos todo, los materiales, el conocimiento y ahora la idea para reorganizarlos. Sólo falta que nos sacudamos los “legalismos”, desafiemos la norma y pongamos manos a la obra para mejorar el factor de uso de esta parte de calle Teatinos sin tener fugados invadiendo zonas peatonales. En resumen una ciclovía va a ser usada en la medida que sea cómoda, conveniente y segura a sus usuarios.
Aquí a idea mas o menos de lo que se puede hacer.
Para evitar la fuga de usuarios de la bici a zonas con mejor superficie de rodado que la actual pero que están reservadas al flujo peatonal.
Así mas o menos se nos ocurre que puede hacerse en Teatinos. Ideas y mejoras, ¡bienvenidas!
Algunos ejemplos internacionales
Copenhague, Dinamarca.
En calles adoquinadas se estableció una franja de piedras especialmente acondicionadas para ofrecer una zona de la vía (en este caso una vía compartida, sin segregación) amigable con el tránsito de bicicletas.
Tan interesante resultó la idea que una delegación de la ciudad de Groningen en Holanda, una de las más pedaleras de Europa, haya viajado a echar un vistazo a esta innovación. La transferencia tecnológica no se detiene. Más info en Bicycle-Friendly Cobblestones (Fotografía cortesía de Mikael Coalville-Andersen)
Brooklin, Nueva York
El barrio de DUMBO (Down Under Manhattan Bridge Overpass) se presentaron 2 propuestas para hacer mas ciclo amistosas las vías adoquinadas. La primera se basaba en organización y mezcla de materiales y otra de tratamiento de piedras para hacer su superficie más lisa.
Estas opciones fueron sometidas al voto ciudadano en el contexto de mejoras viales a estas calles que por muchos años estuvieron sin mantención. (Imagen vía Gothamist.com).
Ejemplos sin duda puede haber más y hay soluciones que ya están probadas, ahora es cosa de ponerlas en práctica y ayudar paso a paso a que el pedaleo en las vías adoquinadas sea un placer de observar, vivir y pedalear.
Muévete en bici hoy, será un buen día.